Posted February 4, 2009
Las palabras representan ideas. Cuando queremos representar una imagen en la mente, primero tenemos que pensar en la palabra que envuelve esa idea y luego la imágen aparece.
En el placentero y pequeño universo que nos rodea, cada cosa tiene su sitio y su nombre. Cada vez que abrimos los ojos en la mañana, allí están todos los elementos que acostumbran señalarnos que nos encontramos en un lugar conocido. Cama, blanda, suave, paredes, amarillas, ventanas, cortinas, luz, alfombras, mantas, cuadros, tibieza, frío, calor, etc.
No han notado que cuando iniciamos un viaje hacia algún lugar desconocido, el camino de vuelta es casi siempre más rápido? En el camino de ida, la mente va catalogando todo lo que vé, asignándole nombres, colocando todo lo que ve en pequeños compartimientos con los que estamos familiarizados.
En estos días observaba una película que me encanta, “what the “bleep” do we know?. En ella se mezclan elementos de física cuántica y conceptos científicos, religiosos, filosóficos y místicos con la finalidad de explicarnos la realidad que nos rodea.
Una de las partes en la película explicaba que cuando los españoles llegaron a América, los indios no podían ver los barcos, porque ellos jamás habían visto esa clase de embarcaciones , asi que no podían imaginárselos. Solamente podían “sentir” que había algo extraño en el mar. Fue solamente después de cierto tiempo, cuando el shamán de la tribu los convenció de que había algo allí, cuando ellos pudieron “ver” los barcos.
Pareciera estúpido y cualquiera puede argumentar que si nos presentan un objeto que nunca antes hemos visto en la vida, por lo menos podremos catalogarlo como un “oni” (objeto no identificado) y es todo lo que podemos hacer. Si no tenemos información adicional con qué colocar el objeto dentro de nuestro círculo de información, el encuentro nos mantendrá en un estado de “incredulidad” hasta que alguien venga y nos diga para qué sirve, cómo se usa, si se come, etc., es entonces que el objeto se hace real.
Creo que es esto lo que querian decir con que los indios no podían ver los barcos; ellos simplemente no tenían las palabras para “definir” lo que estaban observando.
De allí es que el conocimiento de las cosas viene de las palabras primero y las palabras vienen de las letras y las letras vienen de las ideas y las ideas vienen del mundo abstracto que nos rodea y que no podemos ver porque nuestro vocabulario de los mundos abstractos es nulo o muy limitado. Es el mundo cósmico que nos rodea.
Cuando el hombre no sabía hablar, él vivía en el mundo de los animales, era otro animal más. No podía pensar, porque los pensamientos son una sucesión de palabras que representan ideas. El hombre animal utilizaba sus instintos y vivía totalmente en el presente.
He aquí donde la ciencia se detiene al tratar de encontrar el eslabón perdido entre el hombre de las cavernas, el animal instintivo y el hombre pensante que somos ahora, el homo sapiens.
Yo creo que es aquí en donde entra en acción el mundo abstracto, el mundo cósmico que nos rodea, en el momento en que el hombre adquiere la palabra hablada y por tal motivo, se convierte en co-creador con Dios.
Sin ahondar en el tema, lo que quiero decir es que uno de los mayores dones que ha recibido el ser humano, es el don de la palabra.
Las letras, cuando estan en la mente, cada una produce una vibración específica que proviene de la idea que se oculta tras ella y es esta vibracion la que abre puertas en la mente de las personas. Y cuando las palabras salen de la boca, adquieren presencia en el mundo cósmico, adquieren vida. Es por eso que las palabras tienen tanto poder.
Sin ir más alla, les quiero decir que mediante palabras escogidas, podemos crecer espiritualmente; he allí el poder de la oración y el poder de los libros y todo lo que tenga que ver con la palabra, tanto escrita como oral.
Cuando nos enfrentamos con lecturas que no tienen sentido, lo primero que tratamos de hacer es ver cómo podemos clasificar la información dentro de nuestros parámetros ya establecidos. Al no poder lograrlo, tenemos forzosamente que abrir una nueva cajita en donde guardar este nuevo “oni”. Al hacer esto,estamos creando en nuestra mente un mundo nuevo, estamos expandiendo nuestros horizontes.
Yo siempre he intuído que para penetrar en los misterios del Universo, hay que hacer las cosas al revés.
Y eso incluye nuestro uso de las palabras, también.
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