Me asomo a la tarde y nunca dejo de asombrarme de las maravillas de la madre Naturaleza. Hoy el cielo se ha pintado de un extraordinario color dorado, se ha metido a traves de las ventanas, ha iluminado la casa y y la ha llenado de fuego líquido, ambarino y delicados tonos de rosa. La tarde ha decidido transformarse de un manto gris de nubarrones de tormenta en un caldero de caramelo que se ha desparramado por todo el cielo.
Que belleza! Nunca me canso de admirar la gran obra de arte que la vida nos presenta a cada instante. Si estamos dispuestos a observar, nos daremos cuenta que a cada momento siempre esta sucediendo algo interesante y que está muy dispuesto a brindarnos una enseñanza. Es el libro de la Naturaleza . Allí está. Todos los días se abre regularmente a la misma hora en que abrimos los ojos a un nuevo día. Si quisiéramos, podríamos aprender muchísimo de él. Podríamos aprender a interpretar sus símbolos y señales. Podría convertirser en una guía maravillosa para caminar los caminos de la vida.
Yo trato de poner atención; trato de que no se me escapen todos esos regalos maravillosos que la vida quiere darme a cada momento. Porque sé que son únicos. Invaluables. Nunca mas los volveré a ver. Se presentan por un momento, te llenan, te dejan su mensaje y se van. A lo mejor vuelvan mensajes similares mas adelante, pero vestidos con otras vestiduras mas apropiadas para la ocasión.
Mientras tanto, yo abro las alas de mi corazón yo disfruto el regalo.
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