Sunday, February 27, 2011
Genuino-Auténtico
Posted February 23, 2009
El pronóstico para el día de hoy es nieve, otra vez. La calefacción no ha tenido un minuto de descanso este invierno, aunque ya estoy muchísimo mas aclimatizada que cuando llegué por primera vez a El Paso.
Bueno, me tomaré una taza de leche calientita, me voy a acurrucar debajo de las mantas en el sofá frente a la tele y veré cualquier película que haya llegado en el correo.
Ultimamente estoy leyendo un libro de Eckhart Tolle que, by the way, es uno de mis escritores espirituales favoritos, y tratando de practicar lo más que pueda estar presente. A propósito de estar presente, Tolle dice que todo lo que hagamos, lo debemos hacer conscientemente, especialmente cuando vemos la televisión.
Si alguna vez ustedes han tratado de estar presente y observarse a si mismos cuando miran la televisión, creo que el espectáculo es muchísimo mas entretenido que la película que esten pasando. Aparte de que el solo ejercicio de observación de uno mismo tiene unos alcanzes espirituales extraordinarios, casi como si pasáramos varios días rezando o leyendo algún libro sagrado.
Aquí estamos La Canelo y Yo, mirando-observando. La Canelo mirando la película, Yo observando a La Canelo.
Creo que la película es El retorno de la Momia. Dentro de los poquísimos momentos en que me pude abstraer y observar, lo que ví fueron gestos faciales comiquísimos, cuando la escena era de disgusto, mi cara se transformaba en una mueca de disgusto, hasta mi cuerpo le acompañaba, haciendome un poco hacia un lado como para evitar contacto con aquello en la pantalla que me estaba ocasionando tal disgusto.
Otras veces no podia evitar asombrarme al verme con la boca abierta o haciendo una mueca, que en situaciones normales jamás hubiera hecho, pero ahora, me daba cuenta, estaba tan inmersa en la película, que practicamente estaba actuando a la par de los actores.
En más de una ocasión en que me agarré con una de estas expresiones idiotas en la cara, enseguida compuse el rostro y miré hacia los lados, para ver si alguien me estaba mirando, aparte de mí misma. Cosas curiosas de la observación de uno mismo.
La pregunta de oro es:
Quién está observando al que mira la película?
En el esquema del crecimiento espiritual, el aprender a conocerse a uno mismo es lo más importante. Cuando se puede diferenciar entre el ego y el Ser Superior, todo lo demás cae en su sitio.
Pero, hay que comenzar por algún lado, y qué mejor que la observación de uno mismo.
La capacidad teatral que nos acompaña es digna de que ganemos un Oscar. No es por menos que nos encanta Hollywood, o Bollywood, todo lo que sea teatral, comedias, tragedias griegas, debemos tener drama en nuestras vidas ante todo, no podemos vivir sin él.
Si podemos observarnos con asiduidad, nos agarraremos en nuestros papeles estelares; fingiendo ser quien no somos, comportándonos de manera diferente ante personas diferentes, poniendonos máscaras de mártires, de ofendidos, de indignados, de indiferentes, de personas interesantes, de víctimas buscando la lástima de otras personas, la lista es larguísima. Y no solamente son expresiones faciales. Las pataletas y los berrinches están a la orden del día. Los intentos de suicidio y las peleas a gritos, puños y patadas, todo esto forma parte de este personaje teátrico y falso a más no poder.
Y si continuamos observándonos por largo tiempo llegará el momento en que el jueguito no tendrá el mismo grado de satisfacción y lo iremos dejando a un lado, para dar paso a una persona mas real y cónsona con el mundo que la rodea.
Tenemos también la obligación de observar a otras personas, especialmente aquellas con las que tenemos lazos de familia o amistades cercanas, para no dejarnos caer en sus dramas y tragedias y poder convertirlas en comedias , pero, cuidado, les advierto que los únicos que van a reir son ustedes. Para los actores, la actuación es verdadera, se están jugando la oportunidad de ganarse un Oscar. Les diré que cuando puedan observar las manipulaciones de los más cercanos a ustedes y se den cuenta de que solamente observan una actuación teatral, la liberación que van a experimentar será espectacular. Y si pueden detener la actuación, como lo haría un director de cine, con la famosa palabra: “Corten”, entonces la liberación puede que alcance a los artistas también.
Una de las recompensas de este ejercicio espiritual es que saldremos convertidos en personas genuinas, personas auténticas.
Y que es ser una persona auténtica?
Aquella que no está actuando.
Simplemente es.
Qué mayor recompensa queremos?
Escrito por Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX, February 27th, 2011
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