Por las laderas quietas de la noche
los segundos resbalan desgranados
deslizando a su paso la cobija
con que el mundo se arropa tiritando.
Y más atrás le siguen los minutos
en sus negros corceles cabalgando
de plata son las riendas y el carruaje
donde los sueños se viene acercando.
Unos se acercan rápidos, violentos
como fantasmagóricos soldados
en pie de guerra esperan por el necio
que tan perturbadora vida les ha dado.
Otros se acercan plácidos, serenos
con alas de cristal van elevando
hacia eternas mansiones celestiales
al fiel que esos tesoros ha ganado.
La luna se despierta perezosa
al beso de la noche en su regazo
su pálida hermosura desvanece
el lúgubre resquicio de los páramos.
Y tibiamente el viento ronronea
por el suave paisaje platinado
destellan en su lomo las visiones
de tiempos ya vividos y olvidados.
Brillan también los tiempos no vividos
aunque todos se acercan disfrazados
con luz de plata pintan sus vestidos
con luz de luna cierran nuestros párpados.
Lentamente resbalan los segundos
los corceles caminan paso a paso
la luna se despide somnolienta
los sueños se dispersan asustados.
La noche se estremece en un bostezo
al beso de unos dedos sonrosados
en su seno los sueños se recogen
y sueñan los mundos olvidados.
Dallas, TX June 28, 2013