Annué
solo tú
puedes comprender el signo
aquel que contra mí se ha levantado
en esta hora aciaga
mírame
toda envuelta en llanto y brisa.
Mírame.
Afuera
vuelan en todas direcciones
los pájaros
pájaros en bandadas, pájaros
y más pájaros
adentro
vuelan mariposas y cocuyos
el tigre montañero gruñe, ruge, araña
prendida sus garras al tronco del árbol del tiempo.
Mírame
estoy hecha un ovillo
un enredijo de términos y palabras in-pronunciables
Annué
porqué me muestras tu dientes afilados
porqué abres tu boca como una cueva
un hueco negro, abismo infinito, sedoso, somnoliento.
Hundo
una mano de huesos calcinados
por el sol de mis eternos extravíos
hundo la mano por tu garganta tersa
Annué.
Siénteme
siénteme dentro tuyo como el hijo que aún no pares
quiero sentirme cobijado en tu vientre de loba
como el ovillo en que me he convertido.
Sopla
sopla fuerte, Annué
sacude las ramas del árbol del tiempo
sacúdelas, estremécelas, vístelas de desnudez con tu aliento de fuego
y luego
cuando la última hoja haya caído
vísteme de luz
vísteme de negro
llévame al tálamo nupcial
volvamos a ser uno como lo fuimos al principio
cuando aún éramos inocentes y ciegos
y sordos, mudos, taciturnos
cuando aún éramos
principio.
Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX July 5th, 2012