Yo sé de un árbol trémulo, extasiado
yo sé de un árbol de pasión henchido
que bajo el filo del dolor muriera estremecido
vertiendo amargas lágrimas de su tronco agotado.
Yo no mecí las ramas de aquél árbol
solo toqué su tronco humedecido
mas él, aún sollozante, agradecido
dejó caer sus flores fragantes, silenciosas.
Mas que mujer yo me sentí una diosa
al ver la ofrenda de aquel árbol herido
que ciego de dolor muriera enardecido
que le ofrecí también mis perfumadas rosas.
Yo sé que en este mundo hay ciertas cosas
que injustas y crueles parecieran
y aunque la mente comprender quisiera
no le es posible pues solo el sentimiento
es el que abre las puertas del entendimiento
para el que la ilusión vencer pudiera.
Pues esta realidad es pasajera
y solo trae dolor tristeza y desaliento
para el que no se atreve echar al viento
las penas que le afligen sin descanso
y solo entonces se rompería el fatal encanto
y solo entones el alma entera asomaría
para que tú entendieras
que las tristezas y las alegrías
son solo lados de una misma moneda.
Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX 6/25/13