Sunday, December 16, 2012

Ritual del 21 de Diciembre 2012




Ritual del 21 de Diciembre 2012



Como todos los años, miro al cielo para tomar nota de lo que está ocurriendo en el planisferio celeste.

Cada planeta está constantemente radiando hacia todo el sistema planetario y más allá, energías muy particulares. Así como el sol nos envía sus rayos benéficos y a veces un poco más energéticos durante las explosiones solares, los planetas también emiten rayos, solo que no podemos notarlos porque no estamos habilitados para reconocerlo visualmente como hacemos con los rayos del sol.

Cada rayo planetario encuentra en su camino a los demás rayos, de acuerdo a su posición en el planisferio, dando lugar a una combinación de energía muy específica que es la que habrá de regir por el tiempo que dure el tránsito planetario, sobre nuestras cabezas.

Algunas combinaciones de energía son de corta duración, otras duran años. Unas promueven las comunicaciones, los viajes, las relaciones personales, otras el amor, la salud, en fin, todos los aspectos de la vida de las personas.

Así como en un día nublado los ánimos se sienten diferentes a un día soleado, un día mercurial se sentirá totalmente diferente a un día venusino o marcial. En estos días nos sentiremos inclinados a hacer el amor o la guerra.

Lo más importante es saber que estas energías inclinan, pero no obligan a nadie a actuar. Aquellas personas que han podido equilibrar sus centros energéticos, pueden sentir los “jalones” en una dirección u otra, pero permanecen firmes, actúan de acuerdo a su libre albedrío o voluntad y saben si pueden ir con esta marea o permanecer en puerto. Los demás son simplemente barcos sin timón.

Todos estamos sintiendo de una manera u otra los efectos de las fuerzas en acción provenientes de los planetas, ahora mismo. Estamos siendo confrontados con nuestras debilidades de carácter. Las consecuencias de nuestras acciones nos están explotando en la cara mucho más rápidamente y mucho más violentamente. Las energías de los grandes planetas exteriores están demandando de nosotros un cambio total. Ya no es válido culpar a factores externos de nuestros problemas. Todo está dentro de nosotros. Y allí es donde debemos trabajar.

El mundo que se avecina requiere de nosotros una mentalidad clara, un juicio imparcial, una intuición bien desarrollada, para ayudarnos a leer las señales y de esta manera actuar de acuerdo a ellas.

Así que es hora de tomar la decisión de someternos al fuego de la transformación, para poder continuar en este viaje, conjuntamente con la tierra, la cual también se somete al mismo fuego abrasador.

El año que se aproxima es un año de retos fuertes. Tenemos que estar preparados para ellos. Tenemos que saber cuándo actuar y qué es lo que tenemos que hacer. Porque la vida es diferente y tiene que ser vivida de una manera diferente de ahora en adelante.

Y no hay mejor manera de estar preparados que despojarnos de todo aquello que no nos deja avanzar, que no nos deja vivir la vida más fructíferamente, que nos mantiene ciegos y atados con la fuerza de la costumbre a nuestras debilidades y defectos.

Así tendremos las herramientas necesarias para interpretar las señales, las energías y actuar de acuerdo a lo que debe ser.

Y de eso se trata el ritual para este año.



Ritual



Los rituales del 21 de Diciembre son rituales de Luz, fuego y calor, todos símbolos del Sol, que a su vez es el símbolo por excelencia del Espíritu.

Los rituales están compuestos de varios pasos.

1.- Deshacer la negatividad del año corriente mediante el fuego.

2.- Meditación-visualización guiada. Esto tiene por objetivo pasar más allá de la mente consciente hacia el subconsciente, que lo entiende todo a través de la simbología.

3.- Oración de recibimiento y agradecimiento de la Luz.

4.- Comunión.



Materiales a Utilizar este año 2012

Incienso

Una vela roja

Una vela blanca para cada participante

Un bol con agua para colocar la vela roja

Una cucharada de sal

Un artefacto de metal pequeño (preferible que se pueda usar, pulsera, arete, reloj)

Una botella de vino tinto

Una hogaza de pan

Una campana o un vaso de vidrio y una cuchara para hacerlo sonar cuando llegue el momento.

Una moneda o un billete para cada uno de los participantes. Este billete se guarda en la caja y es nuestro imán para que no nos falte dinero en el año que viene



Instrucciones:

Primer paso:

1.-Acomodar la mesa colocando la vela roja en el centro del bol con agua al que se le habrá añadido una cucharada de sal,

2.-Escribir lo negativo en papelitos fáciles de quemar. Escribir lo que se desea lograr y colocarlo en una cajita. Aparte se escribe un deseo para el mundo o nuestros semejantes.

3.- Prender una pequeña fogata afuera de la casa o prender una vela para quemar lo negativo. Cada persona quema sus papelitos, uno por uno a la vez que va diciendo:

“Al fuego purificador te entrego, ya he aprendido la lección que viniste a enseñarme, vete y no vuelvas mas a mi vida”.

Cuando el papelito se queme se dice:

“Ahora te reemplazo con lo siguiente: en este momento se piensa en la situación ideal que reemplazará la situación negativa que nos estaba afectando”.

4.-Cuando todos hayan quemado sus papeles, entran en la casa, se prende el incienso, se prende la vela roja solamente

5.- Cada quien prende su vela de la vela roja y se colocan alrededor de la mesa, o donde decidan sentarse. Cada quien coloca enfrente su billete o moneda, su cajita, su objecto de metal, enfrente de su lugar en la mesa.

6.- Uno por uno, cada quien va a decir, cuando le llegue su turno:

Este año que se acaba ha sido para mí: (aquí cada quien expresa lo que el año ha significado para él) A continuación dirá: Te doy las gracias por las bendiciones y lecciones que has traído a mi vida, ellas me han hecho una mejor persona hoy. Ahora apaga su vela y se mantiene en actitud meditativa en silencio.



7.-Al final solo estará la vela roja encendida.

El que dirige la ceremonia ahora dice:

Demos gracias a Dios por todas las bendiciones y experiencias que este año nos ha traído. Ahora le dejamos ir en paz.

Apagar la vela roja.

Ahora estaremos en la oscuridad. Nos tomaremos de la mano para sentir la conexión que nos une con la vida y el año que se acaba.



Ahora alguien debe sonar la campana.



Segundo Paso

Alguien debe leer los próximos versículos de la Biblia:



Romanos 7:18-25



18 Yo sé que nada bueno habita en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa. Porque tengo el deseo de hacer lo bueno, pero no soy capaz de hacerlo.

19 Pues lo que hago no es el bien que quiero hacer sino el mal que no quiero hacer.

20 Ahora bien, si hago lo que no quiero hacer, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que habita en mí.

21 Así que encuentro que obra esta Ley: Cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal.

22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito con la ley de Dios;

23 pero veo otra ley que obra en los miembros de mi cuerpo, haciendo la guerra contra la ley de mi mente y llevándome prisionero de la ley del pecado que obra dentro de mis miembros.

24 Que hombre tan miserable soy! Quién me rescatará de este cuerpo de muerte?

25 Gracias a Dios, por medio de Jesucristo nuestro Señor!

Así que yo mismo con la mente soy esclavo de la ley de Dios, pero con la naturaleza pecaminosa soy esclavo de la ley del pecado.



Tercer Paso



VISUALIZACION: Meditación Guiada.



Cierren los ojos.

Respiren profundo y lentamente. (pausa)

Dejen salir el aire lentamente. (pausa)



Respiren profundo y lentamente. (pausa)

Dejen salir el aire lentamente. (pausa)



Respiren profundo y lentamente. (pausa)

Dejen salir el aire lentamente. (pausa)



Respiren profundo y lentamente. (pausa)

Dejen salir el aire lentamente. (pausa)



Respiren profundo y lentamente. (pausa)

Dejen salir el aire lentamente. (pausa)



Sigan respirando lentamente, al mismo ritmo (pausa)



Relajen todo el cuerpo, (pausa) sientan como el peso los abandona, (pausa) se sienten frágiles, (pausa) livianos como una pluma flotando en el espacio, (pausa) sus cuerpo flotan con abandono en el espacio, (pausa)son una motita de polvo flotando a la deriva, (pausa) livianos, (pausa)gráciles, (pausa)flotan, (pausa)flotan, (pausa) vuelan, (pausa)son un punto de luz en el espacio, (pausa)flotando, (pausa)flotando.



Todo es oscuridad a nuestro alrededor, en la distancia una espiral de luz azulada comienza a formarse, nos sentimos atraídos hacia ella. Avanzamos hacia la espiral de luz y pronto nos vemos atrapados en su movimiento mágico envolvente. Un paisaje definido comienza a aparecer ante nuestros ojos. Es una larga calleja en medio de casas antiguas, de paredes de piedras y techos de paja.

Suavemente la luz nos deposita sobre el camino un poco lodoso.

Avanzamos, tratando de no ensuciar nuestras sandalias impecablemente blancas.

El camino se torna más lodoso a medida que avanzamos; reforzamos nuestros esfuerzos por no caer en los charcos de lodo del camino.

De pronto, de un callejón oscuro, dos pequeñuelos salen corriendo y tropiezan con nosotros, enviándonos de sopetón contra el suelo, en medio de un charco de lodo. Ahora no solo las sandalias se han ensuciado, sino toda nuestra blanca vestimenta. Estamos cubiertos de lodo de la cabeza a los pies.

Sentimos un fuego encendernos por dentro y pronto la ira se adueña de nosotros. Extendemos un brazo tratando de agarrar a uno de los pilluelos, pero de pronto notamos que no podemos mover el brazo, pues se ha convertido en un pedazo de tierra seca.

Horrorizados notamos que nos hemos convertido en una estatua de lodo y cualquier movimiento es imposible.

Una carreta jalado por caballos se acerca. Dos personas se bajan de la carroza y con mucho esfuerzo, nos colocan en la parte de atrás.

A través de dos ranuras sobre los ojos, podemos ver el cielo azul y claro. Los rayos del sol brillante nos hacen cerrar los ojos por un momento.

Llegamos a una especie de taller de soldadura y somos bajados de la carreta y colocados en una hilera de estatuas similares a nosotros, que nos miran a través de las ranuras en los ojos.

No sabemos qué hacer ni siquiera qué pensar. No entendemos lo que nos está sucediendo.

Un hombre corpulento, de barbas blancas y largas, con un delantal de cuero, una pieza de metal al rojo vivo en una mano y un martillo en la otra, se nos acerca y nos dice:

“Si quieren ser liberados, tendrán que deshacerse del error, de lo contrario, este es el sitio que les corresponde”.

Acto seguido, se dirige a un pedestal y comienza a martillar el pedazo de metal. Con cada golpe del martillo, millones de chispas de fuego saltan al aire y se van metiendo por las ranuras de los ojos.

El calor nos hace replegarnos y de pronto sentimos que nuestra lodosa prisión comienza a apretarnos poco a poco.

A medida que la envoltura de lodo nos aprieta, nos damos cuenta que hemos sido nosotros mismos los que hemos construido esta prisión de tierra, la que se ha ido haciendo cada día más gruesa. La hemos sentido rodearnos y crecer en todos esos momentos en que sabíamos lo que teníamos que hacer y no lo hicimos. Cuando le dimos la espalda a la verdad y actuamos con orgullo y soberbia, cuando la glotonería nos invadió y le dimos la bienvenida a sabiendas del mal que nos causaría; cuando sentimos envidia por los bienes ajenos, cuando no extendimos la mano ofreciendo ayuda, cuando enceguecidos nos dejamos llevar por la ira.

Lágrimas resbalan por nuestras mejillas y compungido y humildes, elevamos los ojos hacia el cielo mientras imploramos misericordia divina.

Ayúdame, grita nuestra alma!!

Nos sentimos levantados de un tirón. Nos llevan hacia algún sitio pero no sabemos a dónde.

Sentimos que nos colocan en una plataforma. Ahora nos empujan hacia lo que parece un horno gigantesco.

El calor es extremo y nunca antes sentido. Por las ranuras un brillo nunca antes visto se cuela. Tenemos que cerrar los ojos, pues no podemos soportar semejante brillo.

El fuego nos consume por fuera y también por dentro.

En medio de este fuego, sentimos que poco a poco una transformación va tomando lugar. Sentimos que la pesadez que nos invade nos abandona. En su lugar, una sensación de bienestar y alegría, de paz y amor nos invade, como si el hijo pródigo hubiera vuelto a su hogar. Todo comienza a caer en su sitio y de pronto nos sentimos llenos de esta increíble y maravillosa energía que nos hace sentir que sabemos exactamente qué debemos hacer con nuestra vida de ahora en adelante.

Sentimos que nos sacan del horno y nos llevan a una gran mesa de ladrillos donde nos espera el gigantón de las barbas blancas y el martillo.

De un solo martillazo, el caparazón que nos envuelve cae al suelo vuelto añicos.

Luego de un momento, nos podemos sentar. Miramos nuestras manos, nuestras piernas y pies.

Estamos vestidos con una vestidura inmaculadamente blanca. Sandalias impecables. Nuestra piel es reluciente, como la piel de un niño.

Realmente nos sentimos renovados, en todos los sentidos. Lo podemos sentir en nuestras moléculas, en nuestros átomos. Nos sentimos llenos de una gran paz y grandes deseos en el corazón de hacer las cosas que verdaderamente deseamos hacer. De ocupar nuestro verdadero lugar en el Universo.

El gigantón nos sonríe, nos entrega una pieza de metal y nos dice: Toma este pedazo de metal y recuerda que si lo sometes al fuego, podrás transformarlo en una bella obra de arte. Es tu decisión.

Con un dedo nos señala la puerta, por la que podemos ver el camino que nos llevará de vuelta a nuestro hogar, aunque sentimos que ya lo llevamos en el corazón.

Apretamos el pedazo de metal en la mano. Cada vez que lo veamos nos acordaremos de nuestro propósito.

Pronto estamos en el camino, el cual ahora es amplio y bien pavimentado.



Ahora respiramos profundamente, una vez, otra vez, poco a poco, abrimos los ojos a la realidad que nos rodea.



Tocar la campanilla



Cuarto Paso



Ahora alguien debe leer el siguiente versículo de la Biblia.



Romanos 12:2

Y no imiten este mundo, pero sean transformados por la renovación de sus mentes, y podrán distinguir lo que es la Buena, aceptable y perfecta voluntad de Dios.



Ahora el que guía la reunión toca la campanita otra vez, y dice:



En verdad, en verdad, pasamos por la vida sin notar las grandes bendiciones que Dios nos otorga diariamente. Mas hoy nuestros ojos han sido abiertos y por eso Alabamos a Dios desde lo más profundo de nuestro ser, le agradecemos sus múltiples bendiciones, en especial este nuevo año, esta nueva cosecha, donde veremos culminados muchos de nuestros deseos. El tiempo de la cosecha ha llegado. Alabado sea el Dios que habita dentro de nosotros.



Todos repiten: Alabado sea.



Quinto Paso



ENCIENDE LA VELA ROJA Y toca la campana cada vez que cada uno va encendiendo su vela en el fuego de la vela roja .



Todos repiten:



El espíritu de la Navidad ha llegado y hoy llena de alegría nuestros corazones.



Bendita sea esta luz que Dios nos envía hoy y que viene a llenar mi vida con la abundancia y el amor divino. En este día yo le agradezco a Dios de antemano por abrirme las puertas de la prosperidad y la abundancia del Universo y por concederme bajo la gracia y de manera perfecta todas las peticiones que contienen mi cajita. Especialmente le pido lo siguiente: (aquí va a leer en voz alta la petición que tiene escrita para el mundo o para su comunidad, etc. )





Ahora que todos tienen sus velas encendidas y han leído sus peticiones globales, el que dirige la ceremonia dice lo siguiente:



Yo soy el Hijo de Dios, creado a su Imagen y Semejanza. Para mí fueron creados los cielos y la tierra. Por derecho divino me pertenecen todos los tesoros del Universo.

Dios me ama y solo quiere lo mejor para mi, por lo tanto yo soy merecedor de toda la prosperidad y abundancia del Universo, la cual llega a mis manos en la medida en que estoy dispuesto a disfrutarla. Hoy he abierto una de las muchas puertas de la prosperidad dentro de mí y hoy me hago merecedor de recibir todo este caudal de energía que me impulsara al sitio donde verdaderamente debo estar. Hoy todo obstáculo mental que me he creado y el cual estaba impidiendo que la abundancia de dios llegara a mi vida ha sido destruido. Hoy soy una persona renovada en este rayo de energía. >Hoy he recibido un regalo que me ayudara a descubrirme a mí misma, a abrir mi alma a las verdades del Ser. Hoy la palabra de Dios me ayudará a transformar mi vida y me acompañará para siempre. Bajo la gracia, de manera perfecta. Gracias Padre, por tus infinitas bondades. Amen



Ahora pueden abrir la botella de vino y hacer un brindis y comer de la hogaza de pan.



Feliz Navidad y un Próspero y Venturoso Año Nuevo.