Este día
igual a todos
los que se han deslizado a mis espaldas
tiene un sabor a sal
un olor a cueva, a piedra
húmeda y fría
un temblor
en los labios
y atrás,
muy atrás
un
deseo Escondido
Sentada al frente de la pantalla azul
celeste/cuadratura de un cielo inventado
y promovido por el comité de dioses implacables que rigen el
mercado negro en el cual vivimos atrapados/ tengo el deseo de mirar a través de la ventana. Me quito los lentes , aun a
sabiendas de que lo percibido solo será nubosidad, ensueño. Pasan varias ráfagas de colores por el
enmarcado territorio. Escucho el rasgar de papeles en la distancia. El día se derrama, gris e inconcluso, con su
monotonía de historia repetida. Miro mi foto clavada en la pared y no me reconozco, aunque algo dentro de mí
me dice que debo cambiarla por un negativo. Tuerzo
la boca en un mohín de disgusto hacia mí misma.
O tal vez, es el gesto acostumbrado,
solo que ahora me doy cuenta. Solía ser
como un tiesto de barro lleno de tierra negra y fértil. Listo a recibir la
semilla. El semen de los dioses. Esta tierra reseca y cuarteada solo tiene
aliento para un cactus, tal vez uno como un dedo lleno de espinas apuntando
hacia arriba como diciendo, come and sit.
No me sucede nada. Soy la misma, detrás de las paredes. Es este día.
Este día que se cataloga
a sí mismo: “enteramente corrosivo”.
(Cierra los ojos.)
La Canelo
Dallas, TX October 17, 2013