quietud
hastío
un rumor a lo lejos
escucho
arrullo en esas voces
un aura
de tristeza resbala
por entre las rendijas
de la ventana
guitarras melancólicas
una inquietud
un dejo
ansioso
subyugante
y en un instante
el ritmo se apodera de todos mis sentidos
inclino la cabeza y miro
mis manos
vacías de espera
silenciosas
atentas al sonido
al murmullo del canto
profundo que resuena en las cavernas
de mi inmensidad
las notas vibran
rasgando el tiempo
estatua de sal
apenas si respiro
atenta atenta
solo
al impulso de las notas
que golpean las paredes de la bóveda celeste
donde cometas montados en caballos de fuego
se acercan
estela profética marcando
el cielo con su cola de serpientes y ángeles
miro mis manos
impacientes
el tiempo ha marcado su huella el viento
erosiona los campos de mis palmas
los surcos se hunden en el canto
que surge de las entrañas de la tierra
como cascos de caballos de fuego que avanzan
galopan mis manos sobre praderas de luces
siguiendo el canto
no sé, no sé, no sé,
solo miro mis manos
atenta atenta
solo
al sonido del viento solitario
escucho
a lo lejos un rumor
hastío
quietud.
La Canelo
Dallas, TX, Oct. 16. 2013