Aquí
en las calles
no hay olores.
Olores entremezclados
unos almizcleños
otros perfumados
olores sudorosos con su cargamento
de sazón y sucio
sobacos, entrepiernas expuestos
al calor humeante de las avenidas
aquí
no hay olor a incienso
frente a los almacenes de los hindostanes
ni olor a pan recién horneado
en la panadería de los españoles
no hay esos olores
ni hay el roce de los cuerpos
en las calles, los tropezones
de los cuerpos
cálidos, añejos, infantiles
no hay escupitajos en las aceras
ni olor de orine en las esquinas
de las cantinas
ni en los zaguanes
aquí no hay zaguanes
ni olores estancados
ni charcos de agua sucia donde mirar el sol
aquí nadie se ensucia los zapatos
con mierda de perro
porque no hay perros callejeros
no hay moscas sobre tinacos de basura
no hay tinacos de basura
no hay la tiendita del chino
con su respectivo chino en chancleta
y camiseta blanca
sentado en su típico
taburete
no hay
el bullicio de las calles
la pitadera de los carros
no se escuchan imprecaciones
ni piropos callejeros
no hay la cachetada bien merecida
ni el guiño de ojo
no hay miradas que se cruzan
de carro a carro
ni sonrisas de complicidad
o gestos obscenos con los dedos
no hay caderas cadenciosas
envueltas en pantalones ajustados
contoneándose por las avenidas
no hay buhoneros ni vendedores callejeros
no hay puestos de fritanga con sus almojábanos
(aqui nadie sabe qué es un almojábano)
tortillas, hojaldres, empanadas, carne frita
calentándose
bajo un bombillo de 40 watts
no hay agua de pipa
ni carritos de chicheme ni raspao
no hay billeteras alineadas a la sombra
de los almacenes
ni hay nadie recostado indolentemente
en las paredes de los edificios viendo la gente pasar
porque no hay nadie pasando
no hay nadie que te arranque la cartera
de un manotazo
no hay procesiones
ni mitines políticos ni desfile de carnaval
no hay sonrisas
no hay indios kunas
no hay la alegría del encuentro callejero
no hay chismes, cotorreo, los vidajenas
hablando de la gente conocida
porque no hay gente conocida
no hay puestos de mercado en los semáforos
ni nadie que te limpie el vidrio del carro
con un trapo sucio
no hay nadie pa' mandar pa'l carajo
ni nadie que te "mente" la madre
no hay policías pidiendo coimas
no hay huecos en las calles
donde joder la trasmisión
no hay nadie que te lave el carro
y encima le dé "compón"
no hay nadie que te cuide el carro
en los estacionamientos
no hay buses con nombre de mujeres
con su decoración carnestoléndica
y gente saliéndose por las ventanas
no hay chiva parrandera
no hay nadie jugando dominó
en las pequeñas plazas de frondosos árboles
no hay pequeñas plazas de frondosos árboles
no hay almacenes exhibiendo la mercancía
al calor del sol y al ritmo estridente de
bocinas gigantescas
que casi te dejan sordo al pasar
no hay el chino, el chombo, el gringo, el cholo
el mestizo,el hindostán, el rabiblanco
fusionados en una sola amalgama multicolor
moviéndose al unísono
como una gran burbuja tornasolada
exudando humanidad por todos los poros
bañando las calles con ese aroma de pueblo
energético y revitalizante
etnicidad polarizada en un solo concepto
gente, gente y sobre todo gente…
no, no hay
nada de eso.
Aquí
solo hay
concreto
vidrio
cromo
cuero
calefacción
aire acondicionado
desodorante ambiental
y distancia.
Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX March 14, 2013