A
las cuatro de la tarde, llega la
mariposa. Exactamente a las cuatro. Ni un minuto más, ni un minuto menos.
Se
para frente a la casa, de espaldas a la fuente de luz, con las hermosas alas
extendidas. Los dos enormes ojos negros
en sus alas, dos túneles por donde
parece posible penetrar en otros mundos, lejanos, inaccesibles de otro modo.
Su
sombra se proyecta sobre la casa de ladrillos azules, casi cubriéndola por
completo.
Se
sacude un poco y de su cuerpo dorado
saltan miles chispas de fuego que caen con un chisporrotear en el suelo reseco
y cuarteado que ahora cubre casi todo lo que se puede ver a la distancia.
Los
dos elementos que habitan la casa, se detienen un momento en sus cavilaciones y
se asoman cada uno por una de las ventanas frontales de la casa.
A
lo lejos, la fuente de luz se opaca dentro de su envase de cristal tallado y
una coloración rojiza se posesiona del
horizonte, seguida por la grisácea blancura
que denota la llegada del cometa.
_ Abre
la puerta y pregúntale qué quiere_ se expresa un elemento, sin voz, porque
todavía no se inventa. No se sabe si la
voz o el elemento.
El
otro elemento hace un gesto que podría significar una rotunda negativa.
Qué
quieres decir? _ señala el primer
elemento, con un gesto ambiguo, hacia el signo de interrogación que ahora se
balancea sobre algo que parece una
superficie algodonada, de dimensiones
irregulares y aspecto un poco
selvático.
El
otro se elemento se expande y recoge en una milésima de segundo. Solo una idea. Todavía no se inventa el
tiempo. Rrrrrrrrrrrrrrr, murmura en ondas asimétricas pulsatorias y la casa se llena de agujas.
El
primer elemento se esparce apresuradamente por la casa
recolectando vasijas para recoger los peces y el agua que salen
como cohetes de las múltiples aperturas que causan las agujas. El vapor se comienza a acumular en los alrededores del primer elemento,
causando una congregación de pequeños cúmulos congestos dentro de cúmulos
congestos.
Nada se
puede hacer.
Así son las cosas.
Siempre
así.
Andrómeda
recién comienza a extender sus finos
tentáculos de arena cósmica y su danza maquiavélica va
revelando puertas y mas puertas. Unas angostas. Otras parecidas a calendarios.
Cada
vez más, su centro se asemejaba al
ombligo de un caballo.
Los
dos elementos van de un lado al otro de
Andrómeda, tratando de batallar
la fuerza que los impulsa a
repartir migajas de galletas que llevan
en los paneles apenas entreabiertos de
sus recién adquiridas habilidades de
artesanos.
La
mariposa, quieta, emite un sonido, el
primer sonido que los elementos
pueden oir .
Clak-
clak
Los
dos elementos se vuelven a asomar por las ventanas de la casa de ladrillos
azules.
-Clak-Clak-
repite un elemento
-Clak-Clak-
contesta la mariposa.
Quieta.
Detrás,
la línea inexistente del horizonte
fluye en un movimiento envolvente de aceite sobre charcos de agua.
El cometa se aproxima.
Ah! El segundo elemento reprime toda su materia
en un círculo xenofóbico y vuelve
a su lugar al otro lado de la montaña de vientos en reparación.
Oh!
El primer elemento abre su catálogo de
cosas disparejas y aberraciones confluyentes y consulta la guía para creaciones aparecidas de la nada.
Nada.
Eh? Andrómeda parece estar en necesidad de una
mano de pintura. Se descascarilla muy
fácilmente. Un par de soles y planetas
ruedan hacia un lado. El primer elemento
baja al
nivel de agitaciones de los nexos
causatorios, de veleidades impunes y
principios exterminados. Allí
está el problema.
Iiiiiihhhhh!
zumban y truenan silenciosamente varios
zenexitecos, ocupando un lugar estéril y compungidamente vacío, al lado del numero 01. De atrás, de muy atrás, tan atrás que ya casi
alcanza la puerta de entrada, surge un vendaval de risas.
El primer elemento estira la parte media del asunto y se
hace pasar por un vendedor ambulante de objetos de Segunda clase.
La
mariposa estira una pata y mas chispas
chisporrotean en el suelo agrietado, frente a la casa de ladrillos azules.
Ahora
el cometa llena casi todo el hueco, de
canto a canto,
con
su capa de mar.
Uh?
La Canelo - Dallas, TX - September 27, 2014