Con el correr del tiempo
se asoma al párpado el vetusto
añorar de los recuerdos
en la ventana
el paisaje asimila tiempos idos
a la puerta tocan sin voz y sin aliento
los vientos redivivos
se cansan los caballos
se apaciguan las bestias
el candil reverbera en su cuenco de angustias
la luz se va opacando
se va muriendo el gesto aquél
la boca es como un pozo
sin agua
las alas se queman o
torcidas
se olvidan
que solían volar
los senderos se agrietan o terminan
de pronto
sin aviso
no hay
sombra que cobije
ni fulgor que enceguezca
los pies arrastran el dolor de estar vivos
los ojos duelen
las manos pesan
más sigue el corazón gritando:
Aleluya!
Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX, June 26th 2012