Sunday, October 21, 2012

Poema No. 59





No, hoy no salió la luna
tampoco brillan las estrellas
esta noche, la noche ha decidido
acrecentar su espléndida belleza
se ha puesto su corona de azabache
sobre los hombros, su manto de tinieblas
y su vestido mas bonito
aquel de vientos tempestuosos
sobre un fondo de nubes pasajeras.
Se ha quitado las peinetas de ébano
que sostienen su larga cabellera
y vuelan miles cuervos asustados
mientras extiende sus rizos perfumados
por los últimos confines de la tierra.

 
No, hoy no salió la luna
tampoco brillan las estrellas
esta noche la noche es soberana
y no hay nada que opaque su belleza
lleva en el pecho prendida una esperanza
lleva en los ojos la luz de una promesa.

 
Los negros ojos de la noche brillan
cuando a lo lejos divisa la tibieza
con que unos dedos dorados, sonrosados
anuncian de su amado la realeza.
La noche extiende sus brazos anhelantes
el sol, apasionado, avanza con fiereza
la noche se estremece en un suspiro
y lento se deshace su vestido
mientras sus ojos se llenan de tristeza.

 
Esta noche la noche esta llorando
y bañan sus lágrimas la tierra
esta noche la noche luce triste
envuelta entre su manto de tinieblas
lleva en las manos escrito su destino
lleva en el corazón una honda pena
pero aún conserva prendida la esperanza
ilumina sus ojos la luz de una promesa.

 
No, hoy no salió la luna
tampoco brillan las estrellas
esta noche la noche es soberana
esta noche la noche es la mas bella.

 


Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX Oct. 21, 2012

Saturday, October 20, 2012

Poema No. 221





miras y miras
en la distancia el farol te indica
luz verde

paras un momento confundido
el camino pasa

te quedas clavado en herejía
en ciego clamor ciego
apresuras el paso

a veces es mejor echar los ases fuera de los bolsillos

(pesan las ataduras)
atrás
solo bancas en el parque solitario

cierto acento
cadencioso acento
gesto despacioso
imprime
un místico deseo a tu estatura

debes echarlo todo por la borda

frotas
el arco ante ti, su brillo
impecable
anuncia todo compromiso

acaricias
el emblema que enuncia tu puesto
en este mundo

rechazar
lo ignoto por la ignominiosa, la burda
brusquedad de lo cierto aunque no comprobado
eso es pescar en río revuelto.

sigues
es luz colores, cambia el disco, sientes
ese desasosiego que siempre te persigue
viejas catacumbas llenas del polvo de los siglos

pasas
por un leve momento de angustia
urge decirte que mires y mires
ahora en el tablero
todo se manifiesta

cambian
las luces, giran los astros
en su sitio

los cascos centellean sobre la plata del camino

giras
en tu asiento de cuerda
recuerda ahora
debes ponerte la camisa al revés
no tienes que ser pasto
península marcada
o callejuela zigzagueante

para el justo, solo un sello en la frente

asumes
siempre es una palabra que vierte sus aguas
en el mar del olvido
siempre
es un pedazo de negro
marcado de ceniza

miras y miras

basta!
lo perpetrado permanece en el acto
no así en la consecuencia
la intención: camino consecuente

 inconsistencia es tu ración diaria

alzas
la mano para voltear
buscas detener al viejo amigo, al inquilino
en horas te lleva delantera
no mires más.



Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX Oct. 20, 2012



Friday, October 19, 2012

Cambiando el pasado.



Somos el resultado de la información que hemos acumulado en el subconsciente.

Desde que nacemos, comenzamos a acumular experiencia tras experiencia, la cual va conformando el mundo en que viviremos. Experiencias negativas de gran impacto emocional vividas en el pasado, son las que, por lo general subsisten en el subconsciente y asoman en nuestras diarias actitudes, atrayendo nuevas experiencias de la misma categoría emocional.

En el pasado, mientras más lejano, más potente, tuvimos maestros de los cuales aprendimos, copiamos, e internalizamos actitudes y modos de pensamientos que se reflejan hoy en nuestro diario vivir. En realidad no somos originales.

Los padres, son por regla general, los primeros maestros. Toda persona que ejerció alguna influencia en nuestro pasado, así como también el entorno en el que se desarrolló nuestra infancia, juventud, son maestros de la vida.

El modo en que vemos la vida y todos los “slogans” con los que la catalogamos, son producto de esas enseñanzas enraizadas en lo más profundo de nuestro ser. “La vida es dura”, “no me es fácil hacer amigos”, “nadie se preocupa de mí”, “life sucks”, entre otros, son dichos que salen de nuestra boca y, lo peor de todo, son los que atraen la energía que nos rodea y hacen que la vida sea exactamente eso que estamos “decretando”.

Cuando nos remontamos a nuestro pasado en particular, las imágenes que vendrán a la memoria son las de las experiencias que más impacto causaron en nuestro cuerpo emocional. Y por lo general, casi siempre serán experiencias negativas.

Lo negativo que ocurrió en nuestras vidas, no es esencialmente negativo. Solo lo es en la superficie; debajo hay una enseñanza que no estamos listos para recibir a esta temprana edad. Si hubiéramos sido lo suficientemente sabios como para comprender porqué tuvimos que pasar por las situaciones por las que pasamos, ese pasado no existiría ya.

Ahora bien, estoy hablando de un mundo perfecto, pero ese no es el mundo en que vivimos.

En realidad, es un ejercicio mental que tiene excelentes resultados, el regresar a X situación del pasado poco agradable, aplicar la sabiduría y el entendimiento que ahora poseemos para conocer el porqué se dio esta situación y cuál fue la lección que la vida pretendía enseñarnos, transforma la situación por una más acorde a la persona que ahora somos, perdonar y dejar ir.

Luego que hagamos esta limpieza espiritual, podemos ir al pasado y cambiar todo lo que no nos gustó y visualizar la situación como en realidad nos hubiera gustado que hubiera sucedido. Lo que hacemos con esta visualización es transformar las energías asociadas con esa experiencia en particular, las cuales se van a manifestar en nuestra vida diaria, porque en realidad, en el mundo mental no existe el tiempo.

Cambiando el pasado por uno más acorde con quienes somos en el presente, elimina de nuestras vidas un peso y hace subir a flote todas esas energías que desperdiciamos cuando simplemente no entendíamos el porqué de las cosas de la vida.

“Nunca es tarde, cuando la dicha es buena”

La Canelo
Dallas, TX  Oct. 19. 2012

Poema No. 84







Hoy
me quedé sin tí.
Te fuiste así, sin decir nada
un día, simplemente, cerraste
la puerta de tu casa.
Yo, afuera
parada en una esquina de la calle
no supe que hacer…
la tenue luz del farol entretenía mi sombra
alargándola hasta tocar el dintel de tu puerta
el cielo, embravecido
dejó caer su furia sobre mí
como si hubiera un culpable
las lágrimas rodaban por mis mejillas
entremezcladas con la lluvia
mi sombra, diluida, se perdía en el torrente
que llevaban las aguas calle abajo
y ahora qué, me dije
pues, nada
que he dejado el paraguas en la casa.


Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX  Oct. 19, 2012

Thursday, October 18, 2012

Poema No. 42




El se llevó las manos a las sienes
en un gesto profundo
tratando de acallar los pensamientos
que galopaban como el viento
en medio del conjunto
de tristes sentimientos
de ilógicas ideas
y sueños de suicida
ella se vió a si misma
compartida
entre los miles de sueños diferentes
los más, los de otra gente
los menos, los de su propia vida
que lenta se pasaba inadvertida
mientras sus esperanzas
en un cojín de olvido se durmieron.
Sus ojos se encontraron
solo por un momento
a través de la barra atestada de gente
mas eso fue suficiente
para tornar el mundo
en una esfera incandescente
de apretados deseos
y absurdas ilusiones.
El se olvidó de sus preocupaciones
se acercó vacilante
trató de parecer gentil, galante
mas una mueca, un rictus de amargura
apareció en sus labios, la expresión dura
los ojos lacerantes
él se sentó a su lado
prendió un cigarrillo y no dijo nada
ella lo vió acercarse, impresionada
por la profunda fuerza de sus ojos fieros
que con solo una mirada pudieron
reunir su mundo en una sola llamarada
un solo sueño
una sola esperanza
ella se acomodó en su confianza
él encontró sus ojos, fieramente
la expresión dura, los ojos lacerantes
tratando de escapar por un instante
mas eso no fue suficiente
pues ya su mundo
se había tornado en una esfera incandescente
de apretados deseo
y absurdas ilusiones.


Poema de Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX October 18, 2012

Saturday, October 13, 2012

Hojaldres




Pan, hmmm, que delicia! No hay olor mas deleitable que el aroma de pan acabadito de salir del horno, o mejor aún, cuando se está horneando. Es un aroma que llena la casa y el corazón de contentura. En ese preciso momento, cuando aspiro el aroma de pan recién horneado, todo está perfecto en mi vida. Es uno de esos momentos en donde verdaderamente me siento en el “here and now”, en el ahora, ese maravilloso momento donde la creación simplemente es.

Si repito la palabra pan rítmica y regularmente tendré simplemente el sonido del corazón. Y es que el pan resuena en el corazón. Comerse un pedazo de pan es reconfortante. Para mí, es como trasladarse a los comienzos de la civilización, cuando el hombre dejó de perseguir fieras salvajes y decidió ponerse un techo sobre su cabeza, sentarse al calor del hogar, rodeado de sus hijos, nietos, vecinos, todos con un pedazo de pan en la mano, listos para escuchar las historias de los cuentistas.

Si solo hay pan en el mundo, no hay problemas para mí. Ah, bueno, tiene que haber café, también. Creo que es la herencia que mi abuela Marcelina nos dejó a todos los Collazos, tenemos que comer pan.

Yo me acuerdo la vez que pasé un año viviendo en la casa de la abuela Marce. Casi todos los días, a eso de las cinco de la mañana, llegaba la cajeta del pan. Una caja de cartón llena de pan estilo francés, con el peculiar nombre que se le daba en Chorrera: “pan viril”. Tostadito por fuera y suavecito por dentro. Qué delicia comerse un pedazo de pan viril luego que lo hubiéramos untado con bastante mantequilla y metido en la humeante taza de café con leche! Claro, eso dentro de la santidad del hogar y rodeados de nuestros más cercanos familiares. Hay veces que salgo a comer a un restaurante y cuando llega la hora del pan, me cuesta trabajo resistir el deseo de mojar el pan dentro del café. Ah, los convencionalismos sociales!

Y como dice el dicho, a falta de pan, buenas son tortas; pero yo lo cambio y digo, a falta de pan, buenas son las hojaldres.

Cuando no hay pan en la casa y tengo pereza de ir a la tienda a comprar, no me queda más remedio que echarle mano a las hojaldres. Y eso que Hugo y yo “tratamos” de no comer nada que esté frito, pero de vez en cuando me entra la nostalgia de meterme un pedacito de Panamá por la boca. Así que me pongo a hacer hojaldres. Son tan fáciles de preparar, en un dos por tres. A veces preparo la receta regular; pero otras veces me pongo un poco creativa y le añado lo que me parece pueda realzar la receta.

Esta receta que he preparado hoy, lleva hierbas secas, ajo en polvo y aceite de oliva, lo que les da un sabor mediterráneo a las hojaldres.

Si quieren que las hojaldres les queden bien sopladitas, las tienen que freir con bastante aceite y que esté muy caliente. En los restaurantes mexicanos las sirven como postre, se llaman Sopaipillas y se comen con miel de abejas, riquísimas. Deberían probarlas así algún día.

Aquí está la receta:

2 tazas de harina
2 cdtas rasas de polvo de hornear
1 cdta colmada de sal
1 cdta de azúcar
¼ cdta de ajo en polvo
½ cdta de hierbas secas mezcladas ( italian seasoning)
¼ cdta oregano
¼ cdta. Romero
3 cdas de aceite de oliva ( ó 3 cdas de Crisco )
½ taza de agua

(Para el que quiere la receta original, pues solo tiene que quitarle el ajo en polvo y las hierbas)

Mezclar bien todos los ingredientes secos. Agregar el aceite de oliva y mezclar.

Ir agregando el agua a medida que se va mezclando hasta obtener una masa que comienza a separarse del recipiente y a congregarse en pequeños grumos.

Enharinar una superficie, colocar la masa y comenzar a amasar. Me he dado cuenta que la cantidad de agua es relativa, por lo menos acá en Dallas, a la resequedad del medio ambiente. A veces necesito más de una taza de agua, otras veces con media taza es suficiente. Asi que el agua se agrega poco a poco a medida que amasa, hasta que se obtenga una masa elástica, que cuando la estiramos, alcance más de dos o tres veces su tamaño.

Se deja reposar bajo un paño, como una hora, luego se cortan pedacitos de masa, dependiendo del tamaño de las hojaldras y se estiran con la mano hasta donde alcance la masa. Si la masa se estira para que quede bien delgadita, las hojaldres se soplan bastante.

Se fríen en aceite bien caliente hasta que estén doraditas por ambos lados.

Se comen calientes, acabaditas de freír.


La Canelo.


Monday, October 8, 2012

Un dedo

Solitude by   Maia Stefana

En este sitio
 solo somos conscientes de la inconsciencia en que vivimos.
La vida pasa frente a nuestros ojos cerrados y aún así creemos estar vivos.
Todos los días nos levantamos a la misma rutina, con los mismos zapatos, la misma vestidura.
Repetimos los mismos gestos, señalamos las mismas cosas con los mismos dedos.
El círculo vicioso que lento nos destruye.
Arriba
más allá del planisferio de constelaciones y galaxias de vientos cósmicos y huecos negros
en la inconmensurabilidad de lo posible, el esquema innombrable, cual sutil telaraña
extiende sus tentáculos atrapándolo todo.
Nada queda por fuera de su armazón de realidades, indiscutibles verdades.
Islas, isletas, continentes enteros construidos a cal y canto, flotan a la deriva
en este mar efervescente de estrellas titilantes, esquemas rotundos y ciertos.


Un solo Dios, el gran Arquitecto del Universo, Reina dueño y señor.


De acuerdo al patrón establecido de antemano, a cada quién nos es dado una parcela.
Nuestro propio mundo con todas sus idiosincrasias, para que juguemos a ser.
Para que nos convirtamos en dioses y, desde nuestro Olimpo, con ojos que no juzgan
observemos la belleza de todo lo creado.
O, para que muramos nuestra muerte asegurada
sirvamos de alimento a las cuatro bestias del apocalipsis, a las que alimentamos día a día
con el fervor del que ha crecido su cáscara hasta que ya no cabe nada en ella.
Y
 si acaso, un buen día, por pura casualidad, o por esfuerzo continuado
el velo se rasga y nos presenta una infinitesimal porción de luz a nuestros ojos
en ese buen día, sentados, para no caernos al suelo del impacto, nos preguntaremos
sorprendidos de nuestra propia ignorancia brutal, de nuestra estigma de oveja dispuesta al sacrificio
cómo pudimos pasar por esta vida en esta pequeña isla, cuadratura circular descentrada
alineada a los vientos del destino
despreciando el poder que siempre ha estado allí para nosotros
si con solo levantar un dedo todo hubiera sido posible, mover montañas, resucitar los muertos
crecer un imperio de verdades indiscutibles, crear un universo entero
a imagen y semejanza nuestro.
Con un solo dedo.


Con solo un dedo.


Un dedo.

Sandra Collazos McPherson
Dallas, TX Oct. 8, 2012